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jueves, 25 de febrero de 2010

Violín

Fui a anotarme pero adiós vacantes. Voy a seguir buscando, ¡quiero violín este año!

lunes, 22 de febrero de 2010

Opciones

Como hoy a las 8.30 tengo que estar en el colegio y me pasé la noche estudiando y leyendo blogs prefiero no acostarme porque una vez que me tiró al colchón (o al sillón ahora, provisoriamente) es una odisea levantarme. Hay testigos y se han quejado. Mucho.
Me cansé de tener el culo pegado a la silla pero sinceramente no sé qué hacer. Ahora que ya no hay nada que acomodar en mi habitación porque todo está ordenado en cajas y el paisaje se resume a 4 paredes pintadas de naranja y un suelo rasposo, sin alfombra, que me molesta pisar, (me gusta andar descalza y, si la situación me lo permite, en bolas) mis posibilidades son

a) leer
b) seguir con el collage loco/futuro maxi poster que va a ir arriba de mi cama
c) empacharme de mate
d) ver el capítulo de The Big Bang Theory que ya vi 5 veces
e) buscar algo copado en I-sat o ver las películas que me grabó Nicolás
f) escuchar música


y para todas tengo una excusa. Leer, ver The Big Bang Theory, mirar películas o rezar por encontrar algo en I-sat y lamentarme de su ahora inexistente porno quedan descartadas. Me duele la vista, tengo los ojos aguados. El mate me va a terminar haciendo mierda literalmente y el collage hace mucha mugre y después voy a tener que limpiar todo el living (paaaaja). La opción más copada es escuchar música, pero oh problemaS: los parlantes internos de la notebook son una reverenda mierda, mi mp4 está sin cargar y no tengo auriculares compatibles con mi equipo de música. Es que no quiero ver a mi vieja endemoniada en bata y con media teta afuera diciéndome que la gente duerme a esta hora. Esa es su frase predilecta: 'LUCÍA, LA GENTE DUERME' o será que casi a diario yo soy muy rompebolas a las 5 y media de la mañana.

Cometí un error y fue bañarme. Ahora estoy envuelta en un sopor que me exije acostarme, pero ni en pedo. Solo necesito algo que me incentive. Alguna chotada voy a encontrar o miraré tv o las películas o moriré a base de mate dejando un libro babeado. Oh, duro sacrificio.

Juegos o de cómo mi viejo se lleva toda la mosca

'Bueno, pará' pienso. No puedo simplemente escribir 'Blah no me sale nada. Mejor posteo una pelotudez para nada interesante y le informo al ser vivo de turno que no me caí de una sierra en Córdoba ni tuve una sobredosis de Clonazepam'. Dejarlo ahí nomás es algo pasivo y aburrido. Si bien soy una persona que en cuanto acciones es una larva híper pasiva pero mentalmente corre más rápido que sus palabras, creo que postear cosas que a mi criterio son insignificantes se vuelve tedioso, lo que los lleva a ustedes y a mí a preferir apagar la pc y jugarse unos partiditos en el winnin eleven o visitar otro blog más curioso, más interesante, más activo. Un blog menos yiwolf-infurs en estos últimos tiempos.
No hay una causa puntual de mi desaparición. Un día simplemente sentí que no necesitaba escribir. Al día siguiente lo mismo y al tercero perdí la costumbre. Después se sucedieron viajes, el estudio y la paja sideral.

Hoy, por ejemplo, no sé qué mierda hacer. Me contenté con estudiar un rato, tomar mate hasta la acidez y mirar a mi hermano jugando al poker online apostando como poseso y recontra caliente cuando perdía. Se le unió mi viejo y claro, cagamos, los timberos sean unidos. Cuánta pasión, cuánta dedicación... pensar que no se juega por nada, ni por la Coca. Me intentaron explicar cómo se jugaba y asentí a cada instrucción pero en realidad no entendía una mierda, así que la magia de la situación era ver las muecas de dolor o la loca satisfacción por haber ganado unos intangibles dólares. Me aburrí de ser espectadora del juego enviciador ese y me tiré en el sillón boca arriba a fumar. Mi hermano, contentísimo, me informaba desde la pc cuando ganaba. Ver a la gente así me da cierta ternura, no sé. Pero no esa ternura que se confunde con lástima, sino ternura ternura. O a lo mejor no es ternura pero no sé clasificar un puto sentimiento, cosa muy posible. 'No sabe distinguir el amor de cualquier sentimiento' dice uno de los Señores Calamaro.
Siempre me sorprendió la capacidad de juego de mi viejo. El tipo puede no saber a qué catzo estás jugando, pero le explicás y te da vuelta como una media. Me acuerdo cuando solíamos ir con él y mi hermano a los fichines mientras mi vieja se cagaba de embole. Resulta que en ese tiempo los premios que se conseguían cambiando tickets eran geniales, absolutamente geniales, entonces rara vez nos enganchábamos con el Daytona USA o las mini montañas rusas. Lo nuestro eran las maquinitas con tickets para llevarnos alguna cosa a casa. Claro que cada uno tenía SUS tickets intocables, salvo mi viejo que dividia sus miles de millones entre nosotros, sus pequeños críos. Mi hermano era fanático del ahorro de tickets, en cambio a mí me quemaban en las manos y los gastaba en cualquier mierda. Ven, ese aspecto choto de mi personalidad ya estaba instalado. A veces nos prestábamos algunos, me acuerdo, o mejor dicho: mi hermano me prestaba algunos y siempre se los devolvía con mucho esfuerzo, claro. Cuentas claras conservan la hermandad.
Bueno, la cuestión es que el tipo te deja en bolas siempre. No importa si es en el jenga, el ajedrez, el truco, el bingo o el juego de la vida. Uno juega con mi viejo y no puede más que aspirar al segundo puesto, es así. O en realidad se puede aspirar al primero, pero qué decepción que te vas a llevar, novato. Por ejemplo: Tuve unas breves vacaciones en el Delta del Tigre. Nos quedamos en una cabaña y, como en todas nuestras vacaciones familiares, jugamos al boogle. Básicamente el boogle trata -porque sé que no van a hacer un click para buscar las reglas ni en pedo- de buscar palabras que se forman con los dados (para entender mejor toquen la imágen de arriba) en diagonal o como se te cante. Las letras se tienen que tocar, eso es suficiente. Desde que tengo recuerdo ese es nuestro juego de verano y claro, de pibita hacía 6 puntos por partida y listo. Hacer 9 era un triunfo y 10 ni te cuento. En cambio mi viejo sacaba 60 por partida, 80, a veces hasta 130 y te daba ganas de revolearle el reloj de arena por la cabeza o tirarle lavandina en los ojos. Ni mi vieja lo alcanzaba. Nadie nunca alcanzó al guacho... pero este verano estuve TAN cerca. La nena creció y se volvió más viva, vio? Me pude reivindicar en el Maravilloso Mundo del Boogle.


Y ahora que escribí todo esto pienso que en realidad entiendo y comparto esa locura del Poker de mentiritas porque haber quedado segunda en el puntaje del boogle fue un delicioso caramelo para el orgullo.

Y no hay caso, che.

¿Viste cuando querés escribir algo pero no se te ocurre cómo mierda hacerlo? Bueno.

martes, 2 de febrero de 2010

Spirit in the Sky

Me encanta mirar los atardeceres con nubes estampadas en el cielo.
Lo genial es que nunca son iguales.