Death & rebirth

No estoy segura de cuál es el sentimiento que me domina ahora. No puedo decir que estoy triste, pero tampoco estoy feliz. Hoy a las 4 am falleció mi 'abuelo'. ¿Por qué 'abuelo'? Bueno, en realidad nunca tuve uno. Mis abuelos se separaron poco antes de que mi vieja quedara embarazada. Cuando nací y mientras me amamantaba, ambos eran parte de una batalla campal creada exclusiva y especialmente por ellos. Imaginen: yo, aún con escasos meses, y mi mamá recibiendo llamadas a diestra y siniestra de parte de sus viejos diciendo que se querían suicidar y tantas otras cosas más. La familia se dividió y jamás supe quiénes eran los primos ni los tíos de mi mamá. No conocí a Luis, mi abuelo o 'abuelo', hasta mis 11 o 12 años. Realmente no sabía cómo manejar la situación. Él, que hasta ese momento había sido un fantasma, reapareció en mi vida y yo no sabía siquiera cómo llamarlo. Poco tiempo después volvió a irse, no sin antes dejarnos sin casa a mí y a mis padres.
Hace unas semanas nos enteramos de su grave internación por cáncer y cirrosis. Pidió perdón a mi vieja y a mi tío (al que tampoco veíamos desde hace 8 años por otras cuestiones de la vida) y finalmente, espero, se fue en paz. Hoy fue el entierro y yo no dejaba de pensar en qué hubiera sido si Luis hubiese tomado otras desiciones.
Mientras la tierra cubría el cajón, mi primo segundo, Gabriel, me agarró de la mano y me dijo 'Te puedo pedir un favor?' 'Sí, decime' 'Ayudame a que volvamos a ser una familia grande de nuevo'.