'La existencia del mundo no puede justificarse sino como fenómeno estético.'

'Este libro no reconoce, en el fondo de todo lo que existe, más que el sentido y la intencionalidad de un artista; de un 'dios', si se quiere, pero, seguramente, de un dios puramente artista, absolutamente desprovisto de escrúpulos morales, para quien la creación o la destrucción, el bien o el mal no son más que manifestaciones de su arbitrio indiferente y de su poder omnímodo; que se desembaraza, al crear los mundos, del tormento de su plenitud y de su plétora; que se enmancipa del sufrimiento de las contradicciones acumuladas en sí mismo. El mundo, la liberación de dios perpetuamente y en cada instante consumada, en cuanto visión eternamente cambiante, eternamente nueva del ser más sufriente, más antitético, más contradictorio, y que no puede liberarse de ellos más que en las apariencias. Toda esta metafísica del artista puede ser llamada arbitraria, vana, fantástica; lo escencial es que desde el primer momento revela un espíritu que, pese a todo, decide ponerse en guardia contra la interpretación y el alcance moral de la existencia.'

Friedrich Nietzsche
Ensayo de Autocrítica (1886)
El Origen de la Tragedia