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domingo, 20 de diciembre de 2009

A pesar de la distancia

Por apróximadamente 2 años mantuve una relación a distancia con Alejandro. Puede que me llamen loca o hasta masoquista, pero estaba enamorada, muy enamorada.
Resulta que el día de hoy hicimos limpieza general del fondo con mis viejos y me tocó tirar las cosas que ya considerara inservibles (difícil, eh... difícil. Para mí todo sirve, siempre). Yo soy como Gerardo, que colecciona... cosas. Tengo interminables colecciones incompletas de figuritas y muñequitos, guardo con recelo papelitos con frases graciosas de tiempos precámbricos, atesoro todos y cada uno de los cuadernos que pasaron por mi vida, junto notas de diarios y revistas para no verlas nunca jamás. Entre tanto chirimbolo encontré el cuaderno que usé para estudiar para el examen de ingreso del Lenguas Vivas y una carta que dice lo siguiente:

27.02.07

Ale:
Te escribo desde el baño de la casa de mi abuela (es en serio). Son la una y algo de la mañana... y ayer fue tu cumpleaños (novedad), pero para mí es como si lo siguiera siendo porque onda si no duermo no registro el fin del día y esas cosas.
Ayer tuve el cumpleaños de Lumila, la hija de una amiga de mi vieja, y estaba ansiosa porque dieran las 12 y fuera 26 y lalala (o sea ayer a.k.a 25 de febrero) pero no sé muy bien por qué. O sea, no iba a poder decirte FELIZ CUMPLEAÑOS ashdjak (jaja, es genial escribir a mano cosas tipo shkldahs) y demases. Aparte no te gusta, aunque igual seguro lo iba a hacer de todos modos porque para mí sí es algo importante... y bueno, siempre tuve planeado que pasaramos un lindo 26 de febrero. Bueno, capaz no 'planeado', pero viste, se me dio por imaginar cosas y bah. Y no sé, fue feo... ni siquiera supe cómo manejarme el día de hoy porque tenía muchas ganas de verte a pesar de que el lunes fuera parte de la semana de 0 contacto. Al final no hice nada... supuse que un mail o una llamada iban a joder todo este proceso o lo que sea y me tragué tooodas tooodas mis ansias.
Te extraño. La gente me habla de que tome esto como una oportunidad para vivir con la cabeza y los sentimientos y todo en Argentina, pero carajo... no puedo! ni tampoco quiero. Yo no sé cómo ya me hablan con un tono de 'que pase el siguiente'. No quiero conocer chicos, no quiero que mis amigas me presenten a sus amigos tarados ni quiero cosas con personas que ya conozco. Todavía creo en los 'para siempre' y mis para siempre tienen que ver con vos y con lo que siento por vos, a ver si les queda clarito a todos.
No sé por qué escribo todo esto ahora. Ni siquiera sé cuándo va a llegarte esto y obviamente un mail haría el trabajo más fácil y rápido, pero me gustan más las cartas que los mails, tienen algo especial.
En realidad creo que sí sé por qué estoy escribiendo. Tengo una sensación rara... todavía no siento que todo está perdido a pesar del alejamiento. Las cosas entre nosotros se volvieron muy frías, ¿no? Con el paso del tiempo quizás olvidamos detalles importantes... De todas maneras se sabe: renovarse en una relación a través de internet es jodidísimo. A mí también me gustaba nuestra relación imperfecta... estábamos llenos de errores pero intentábamos mejorar y cada error no significaba... hm... no sé cómo decirlo. Cada error ahora arruina un poco más la relación. Eso siento. Algo dentro nuestro se va rompiendo con cada paso en falso. Dejé de aprender de mis errores... ahora cada vez que me equivoco en algo siento como si el mundo se me viniera abajo.
Intenté muchas veces dejar de escapar. Nunca me había puesto a pensar cómo te sentías vos después de cada escapada... perdón. Tampoco quiero volver a hacerte daño y esa era una de las formas que tenía de intentar evitarlo, pero salió al revés. Cuanto más peleáramos peor iba a ser. Prefería escapar antes que volver a pelear o quedar 'raros', pero ya veo que no era la manera. De verdad nunca quise dejarte solo... me duele saber que lo hice alguna vez y ya no tengo cómo reparar eso. Me encantaría poder hacerlo en un futuro, si es que seguimos juntos. No quiero que vuelvas a sentirte así, quiero que vuelvas a creer que estoy con vos a pesar de todo.
Me dijiste en un mail que debía ser egoísta y pensar sólo en mi felicidad. Que el humano es estúpido no te lo voy a negar, es algo complicado, ¿no? a fin de cuentas si esto fuera una lucha descarnada por ver quién es el más apto para sobrevivir seguramente yo ya estaría fuera de juego. ¿Es estúpido que me importe que estés bien? Creí que a vos también te importaba eso. Bueno, al menos antes estoy segura de que sí. Me acuerdo del mail que decía que te importaba mi felicidad y creo que eso es algo muy importante en una relación. Cuando éramos primos*** le dábamos importancia a muchas cosas que después terminamos por olvidar.
La verdad es que ya no me importan los títulos. No me parece que estemos funcionando como pareja y a pesar de ser consciente de eso no quiero dejarte. O sea, no quiero dejar de verte, hablarte. No me importa si al final terminás estando con alguien más, a mí me gustaría tenerte cerca y listo. Ahí es donde hago gala de mi egoísmo. Te quiero conmigo de la manera que sea. Es que por vos siento algo muy especial. Te amo de maneras raaaras y eso. Es que me gustás como persona y como hombre. ¿Es muy enfermo que te quiera conmigo de X manera y que vivamos juntos sin, quizás, ser nada? Sí, ya sé, soy una enferma, pero es lo que me gustaría en estos momentos. Ahora que lo recuerdo, algo así me habías dicho en el tiempo que estuve con Kamus. Ale, ¿vos de qué forma me querés?
Bueno, seguro si me pongo a releer cada palabra me sonará estúpida o algo así, así que mando esto, así nomás, en calidad borrador =)

Lucía

He escuchado muchas veces comentarios acerca de lo tontas y superficiales que son este tipo de relaciones completamente disfuncionales... pero ¿alguien podría asegurármelo después de leer la carta de arriba? ¿se puede catalogar aquello como supérfluo? ¿alguno de esos vivió alguna vez en su vida la agonía de querer y no tener? Quizás si yo hubiese conocido a Alejandro en el colegio no me hubiese gustado, quizás hasta nos ignoraríamos mutuamente... pero gracias y a pesar de la distancia mil kilométrica que nos separaba (Argentina - Estados Unidos sin escalas) pudimos vivir algo que a ojos ajenos parece síntoma de demecia. Convengamos que relación propiamente dicha y sana es aquella en la que no hay este tipo de trabas en el medio, pero ¿pudimos elegir? No, no pudimos hacerlo.
Como dije antes, encontré un cuaderno. Me acuerdo que elegí ese por los peces de la tapa, Alejandro es de piscis. Cualquier cosa era suficiente para sentirme un poco más cerca de él. Las carillas del lado de adentro las forré con boletos y en la primer hoja en blanco hay pegado el número 26 de una panadería. Me acuerdo de lo de la panadería porque justamente estábamos atravesando por esa etapa de 0 contacto (es cansador y hastiante tener al otro lejos, darse cuenta de que el otro está lejos cuando tenemos las irrefenables ganas de besar, abrazar o simplemente sentir la companía en silencio y he ahí la necesidad de 'borrarnos' por un tiempo), se venía el cumple del susodicho y cuando voy a comprar sandwiches de miga para picar mientras me dedicaba al estudio, me tocó el 26. 26 de febrero. El jodido 26 de febrero.

La carta no se la envié, por supuesto. Exáctamente un año después nos estaríamos viendo acá, en Buenos Aires, y durmiendo entre las sábanas de un hotel en Congreso.

2 comentarios:

Adriana dijo...

Te envidio que por lo menos tu puedes hablar de él, escribir sobre él y hacerlo de buena gana. Yo simplemente no puedo, je.

Ahh... ese Alejandro. Recuerdo bien esa etapa de tu vida. ¿Te imaginabas 2 años después sin él?.

No, yo tampoco.

Adriana dijo...

El chico en cuestion es Adrian, el que te conté que volví a ver apenas hace dos meses después de no verlo por años.