Aunque el dique se construya el río siempre vuelve a su curso natural.

Bendita Liliana. Tanta fuerza me diste el día de hoy, tantas esperanzas...
Hoy pude, después de una dura y larga noche, fijar mis prioridades. En este momento mi prioridad soy yo, mal que le pese a cualquiera. ¡Y no es que me considere el ombligo del mundo! Creo que es tiempo de pensar en mí, de aclarar mi vida, mis proyectos, mis decisiones.
Hoy también aprendí que esta cuestión ombliguista y, a ojos ajenos, egoísta, es propio del Trastorno Bipolar; como yo no me entiendo nadie entiende nada y todos giran en la calesita imagnaria que yo misma creé. Los resultados son devastadores, se los aseguro.
Lo que yo no entiendo es cómo es posible pasar los sentimientos por ese filtro llamado cabeza. Si en este momento hago lo que hago es porque mi mente no está muy equilibrada que digamos y elijo sentir. El sentir a veces es irracional, inentendible, pero por sobre todas las cosas es sincero.
Nada es definitivo, absolutamente nada. Si tiene que ser, será.

Así que volví a mi casa con mis polainas recién compradas y cantando a toda voz In my time of need.